En cirugía plástica, un tema que preocupa mucho a las pacientes es la formación de arrugas y ondas en la superficie de los implantes de mama, un efecto visible en la forma del pecho.
Recordemos que los implantes no se rellenan hasta el punto de estar abombados y tensos: si se hiciera así, el efecto que darían es el de un pecho como un globo rígido y sin maleabilidad natural. Al no rellenarlos del todo, ceden al tacto tal cual haría un pecho no intervenido.
Las arrugas aparecen tanto en los implantes de gel de silicona como en los de suero salino, pero son mucho menores en las de silicona. Estas se conoce también coo Rippling.
¿Por qué aparecen pliegues y arrugas en los implantes?
La razón es la siguiente: las arrugas tienen que ver con la forma en que el material de relleno se adhiere a las paredes interiores de la envoltura. El gel de silicona es más denso y viscoso, y se pega más a las mismas. Es como si, a efectos prácticos, estas fueran más gruesas ante las presiones: ceden menos cuando se les pellizca, y recuperan más fácilmente la uniformidad.
El suero salino, al ser un líquido bastante menos denso, no nos proporciona esas propiedades. Para compensar, los fabricantes ponen más relleno y dejan algo más tensa la prótesis. El problema es que, a medio plazo, la envoltura de la prótesis se estira y relaja un tanto, dando lugar a arrugas que el suero no puede compensar como haría la silicona.
Esta es la razón por la que los implantes de silicona son los más utilizados en las operaciones de cirugía estética de pecho.